Diversas opiniones genera el período de elecciones de este año, para escoger al o la próxima alcalde/sa de la ciudad de Antofagasta. Ya que con el pasar de los años las promesas no han sido cumplidas del todo, la confianza de la gente ha disminuido, y ha provocado que cada vez menos votantes concurran a las elecciones. A esto se suman los recientes casos de corrupción en que se han visto envueltos los políticos de todos los sectores, acrecentando las dudas de quién puede estar limpio o no de esas acusaciones, y pueda llevar su cargo con transparencia y honorabilidad.
Se debe considerar que la región de Antofagasta recibe muchos ingresos y, a pesar de ello ha aumentado en un 1,4 % el nivel de pobreza, siendo la única que ha presentado un alza en este índice según la encuesta Casen del mes de septiembre (vía www.24horas.cl/regiones/antofagasta); que los recursos no han sido utilizados de mejor forma en la ciudad, y que existen tensiones por cuestiones de inmigración; por lo tanto, quien administre la ciudad debe contar con las aptitudes necesarias y ser capaz de elegir un equipo de trabajo competente, sin amiguismos.
Sin embargo, el sufragio constituye el debate más destacado de las últimas elecciones, pues en 2013 el 58, 21% del universo de votantes no asistió a las urnas (vía elmostrador.cl). Esto refleja la falta de interés político que tiene la ciudadanía y/o que no se siente representada por quienes postulan a estos cargos públicos de gran importancia.
Es por ello que hemos realizado una breve encuesta, que nos permite conocer la ambivalencia que este proceso eleccionario genera en la comunidad, y así de esta forma cada lector forme sus propias conclusiones al respecto:
Declara, además, que considera su voto sumamente valioso, pues está consciente de que se pueden lograr cambios sustanciales y mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de Antofagasta, "eligiendo a un candidato que represente nuestros intereses y defienda nuestra ciudad, como no se ha visto hace muchos años."
Mientras Katherine Huerta, madre y trabajadora de 25 años, cree que al final de cuentas no concurrirá, pues ningún candidato/a la convence. "Sabemos que hay muchas personas que no se sienten representadas con ninguno de los/las postulantes, y estamos cometiendo un error al no organizarnos e ir por una persona que cubra las expectativas de todos y todas, al menos en sus cuestiones más básicas. Siguen saliendo siempre los mismos, y al final nadie hace nada".
Opina, por último, que el no asistir a las votaciones no le quita el derecho de opinar y criticar, pues "la abstención del proceso también refleja una opinión, y que conste que es la mayoría."
Sin duda, este nuevo período de elecciones municipales estará marcada, por segunda vez, por la expectación que genera la participación de los votantes, pues en 2012 alcanzó el 60% de abstención (vía emol.com), cuando el voto voluntario estaba siendo recientemente inaugurado. Serán los y las postulantes quienes deberán lograr que este porcentaje disminuya, o por el contrario, aumente, manifestando en este último caso que la política ha perdido por completo su credibilidad.
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